¿Por qué cuesta tanto cambiar?

En esta vida todo es cuestión de decisión. pero esa decisión debe ir acompañada con energía; la energía es básica para el cambio. Tenemos energía solo para sobrevivir y responder a la vida desde nuestros programas, estos programas al ser mecánicos nos permite gastar la menor cantidad de energía, porque no hay que hacer mucho esfuerzo, sin embargo, nuestros pensamientos se llevan mucha cantidad de energía al día, entonces si tenemos solo energía para sobrevivir, ¿de dónde sacamos más para cambiar?

“Así que, para cambiar hace falta energía”

Una energía que tenga un mayor nivel de vibración para lograr acceder a esas cosas que quiero, entonces ¿qué debo hacer para cambiar la vibración?

Hay que cambiar los pensamientos.

Joe Dispenza explica muy bien cómo si se sostienen los mismos pensamientos, si llevas a cabo las mismas acciones y vives con los mismos sentimientos y emociones, tu cerebro y tu cuerpo seguirán igual; porque se hace una especie de bucle entre pensar y sentir, sentir y pensar, cuando ya no quieres seguir sintiéndote mal el cuerpo ya está acostumbrado a ciertos químicos que se generaron durante todos esos años de ser el mismo de siempre, entonces cuando quieres cambiar, ese circuito te la pone difícil. Es como ser un adicto a pensamientos negativos, depresivos, melancólicos, entre otras cosas. Se genera lo mismo que cuando consumes drogas el cuerpo quiere más pensamientos negativos que le genera ciertas sensaciones, para romper esto hay que dejar de hacer lo mismo que siempre has hecho.

Para hacer cambios es importante cambiar tu energía, cambiar la vibración interna. Esto se logra meditando, la meditación significa familiarizarse con, en este caso ese con, es contigo mismo, con tus contenidos internos, con quien eres de verdad. La meditación te permite hacer conscientes tus pensamientos y tus hábitos automáticos y así puedes llegar a observar desde afuera tus emociones, empiezas a objetivizar tu mente subconsciente, así podrás ser dueño de lo que te ocurre internamente y dejas de culpar al mundo por lo que te pasa, tienes manejo de tus pensamientos y emociones. Podrás visualizar tus heridas, tus complejos, tus programas y sabrás que estás creando tu mundo a partir de estos; y como ya no quieres esto, pues te permites cambiar.

Otro aspecto para cambiar, es de verdad tener esas ganas, sino, no hay cambio alguno. Las ganas de una vida mejor te puede llevar a obtener información, contar con las herramientas necesarias y tener voluntad para meditar todos los días, por ejemplo, porque comprendiste que es una herramienta útil para ser dueño de tu vida y sus procesos. Si sabes qué hacer y no haces nada, pregúntate si acaso le estás sacando ventajas a tu situación actual.

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