La venganza del ego contra uno mismo

El ego es esa energía o entidad que esta dentro de nosotros que nos hace creer que estamos separados de los demás, siempre está preocupado por protegerse y crea diferentes formas para eso. Lo cierto es que el Ego ha sido un tema de lo que muchos hablan pero, que poco se entiende o no se le da la importancia que tiene en nuestras vidas, no una importancia de hacerlo significativo sino, de conocer realmente como opera.

Esta vez te lo contaré con un ejemplo y recurriré a extracto de Un Curso de Milagros que me ayudo a entender en su momento lo que estaba ocurriendo con relación a algo que no había podido solucionar.

Mi papá fue un hombre que quedó sin sus padres al nacer y fue criado por unos conocidos. Él se quejó siempre de no haber tenido amor y cuidado como hubiese querido. Esta situación a cualquier ser humano lo hace crecer sin referentes de lo que significa amor; siempre vi en su mirada una gran dualidad, vi amargura y resentimiento que se exteriorizaba con actitudes que cualquiera desde afuera podría decir que era como de locos. Por otro lado, tenía una mirada triste que disimulaba con bromas y chistes, lo cierto es que la mayoría de las veces demostraba a través de sus ojos una mirada de rencor unida a frustración de no saber manejar sus cosas y yo, desde pequeña veía esa mirada con miedo pero también con dolor; sentí muchas veces dolor por la locura de sus reacciones, lo cierto es que en el transcurso de mi vida fui viendo esos mismos ojos en otras personas y no casualmente, en mis parejas, esos mismos ojos los vi en el papá de mi hijo y también en mi esposo, me causaba rabia, frustración de ver esos mismos ojos como si nunca se hubiesen ido y me preguntaba muchas veces que tenía que aprender en mi vida porque atraía a hombres que se parecían a mi papa. Más allá del complejo de Electra que conozco de qué se trata, me preguntaba ¿qué debía aprender qué no había soltado? En los primeros momentos me preguntaba ¿acaso yo actuó como loca también? ¿O también tiendo a ser histérica a la hora de sentirme frustrada? No daba con la respuesta porque no me veía haciendo eso.

Entonces un día en mi angustia de buscar respuesta abrí el libro de un Curso de Milagros y guao!! ese día comprendí todo.

En el capítulo 16 apartado VII El final de las ilusiones encontré la gran respuesta decía así: “No subestimes la intensidad del deseo del ego de vengarse del pasado. El ego es absolutamente cruel y completamente demente. Se acuerda de todo lo que hiciste que lo ofendió, e intenta hacer que pagues por ello. Las fantasías que lleva a las relaciones que ha escogido para exteriorizar su odio, son fantasías de tu destrucción. Pues el ego te guarda rencor por el pasado, y si te escapas del pasado se vería privado de consumar la venganza que, según el tan justamente mereces. Sin embargo, si no te tuviese a ti de aliado de tu propia destrucción, el ego no podría utilizar el pasado contra ti”.

Lo único que el ego jamás permite que llegue a tu conciencia es que la relación especial, es la exteriorización de tu venganza contra ti mismo.

Cuando leí esto no podía ni respirar, me quedé en un profundo estado de contemplación viendo como había contribuido a ser aliada de mi ego para vengarse. Sufrir una y otra vez por lo mismo que no era más que la venganza contra mí.

¿Y cómo sucede esto? Pues ocurre que cuando somos niños hacemos cosas para que nos quieran, buscamos aprobación y nos duele cuando no tenemos el amor de los padres como nos hubiese gustado que hubiese sido, vamos creciendo y seguimos haciendo cosas que nos lastiman y el ego está allí observando el dolor y queriendo venganza contra ti por todo lo que lo has hecho sufrir.

Eso te lleva a entrar en relaciones especiales, esas relaciones en donde proyectamos nuestro pasado para repetirlo una y otra vez, por eso es que muchas veces vemos en otros rostros lo mismo que ya nos paso antes, el ego nos lleva a percibir las cosas así para poder vengarse de ti. Una vez que me di cuenta de eso, cerré los ojos y me dije a mi misma, perdóname por todo el dolor que he estado albergando en mi corazón y que ha sido motivo de lastimarte más, le quite mentalmente la proyección de la peor cara de mi padre a mi esposo y comprendí que mientras estaba metida en ese dolor, no podía ver a mi pareja tal y como es y seguía haciendo juicio hacia mi papá; mi papa sólo pudo dar lo que tenía y comprendí que si hubiese podido dar más lo hubiese hecho.

También antes de dormirme ese mismo día, pedí al espíritu santo para que me otorgara un instante santo. El instante santo es lo opuesto a la creencia fija del ego de que la salvación se logra vengando el pasado. En el instante santo se comprende que el pasado ya pasó, y que con su pasar, el impulso de venganza se arrancó de raíz y desaparece, la quietud y la paz del alma vuelve porque esa es la verdad.

Y así fue como me liberé de esa percepción errónea y he podido reconocer a los demás tal y como son y poder reencontrarme con una parte de mí que estaba desgastada en el miedo, para retomar mi poder y vivir mi vida desde el amor.